Séptimo día: 29 de julio. Hue
Como os adelanté previamente, la tarde anterior nos fuimos a tomar un helado y un batido a GooFoo Gelato a la salida de la visita del templo de Confucio. Para nuestra sorpresa, el batido contenía hielos pequeños que me fueron casi imposibles de eliminarlos, pero en aquel momento no le di mayor importancia ya que el local invitaba a la confianza.
Como también os comentaba antes, este día decidimos madrugar para contemplar el amanecer de Hoi An y poder sacar fotografías bonitas con el drone. Una vez volvimos al hotel para descansar un par de horas y desayunar, me empecé a encontrar mal: no podía parar de ir al baño, y empecé con gastroenteritis e infección de orina. Para colmo, este día habíamos contratado con la empresa Hue Easy Riders el desplazamiento de Hoi An a Hue en moto (contactamos con ellos previo a la salida de nuestro viaje rumbo a Vietnam). A las 08:00h. de la mañana dos motoristas nos recogieron en el hotel. El objetivo, además de trasladarnos a Hue, era hacer pequeñas paradas por el camino para hacer turismo. La primera parada fueron las montañas de mármol de Danang, no sin antes hacer otra parada en un bar de carretera para tomarme una coca-cola y un fortasec.
Las Montañas de Mármol están situadas entre Hoi an y Đà Nẵng. La montaña más grande y famosa es Thuy Son, la más visitada de todas ya que alberga varias cuevas, pagodas y algún que otro mirador. Nosotros visitamos esta.
Hay dos formas de subir hasta Thuy Son. La primera, mediante los 156 escalones que hay hasta la cima. Y la segunda, mediante un ascensor que lleva en funcionamiento desde el año 2011. Obviamente dado mi estado, optamos por subir en ascensor y bajar por los escalones.
Nuestra segunda parada fue la playa de Cua Dai de fina arena blanca. Tan solo nos acercamos para divisar el mar y sacarnos un par de fotos. La tercera parada fueron los búnkers de guerra Hai Van Pass. Por último, nuestra cuarta y última parada fueron las cascadas Elephant Springs donde los vietnamitas comían y cantaban al karaoke, mientras disfrutaban de un chapuzón. Me pareció super curioso ya que éramos los únicos turistas y los vietnamitas no hacían mas de agasajarnos para que nos uniésemos a ellos para cantar. Yo como tenía infección de orina no me pude bañar en el lago, pero Egoitz sí que se animó. Dado que cada vez me encontraba peor, decidimos continuar con el viaje y no hacer ninguna parada más para ir directos al hospital.
Llegamos a Hue sobre las 15:00 horas. Los empleados del hotel fueron muy amables ya que nos dejaron llamar al seguro médico desde el hotel sin coste extra y posteriormente nos desviaron la llamada a la habitación. El proceso al principio fue muy rápido. Tan solo nos teníamos que dirigir al hospital más cercado y dar los datos que nos había facilitado la aseguradora. Ilusa de mi que le dije a Egoitz que en media hora estaríamos fuera ya que el cultivo de orina era rápido.
Nada más llegar al hospital, me dieron un tubito para mear. Os podéis imagina mi cara de sorpresa al ver que solo tenía un tubo y no el envase. Me dirigí al baño donde no había cerrojo y al ver una chata no se me ocurrió otra cosa que mear allí para luego pasarlo al tubito. Inmediatamente se llevaron mi muestra de orina para analizarla y empezaron a pasar los minutos y las horas sin que nos dijeran nada. En aquellos momentos pensé que era algo más grave o que la chata que había cogido tenía más infecciones que yo.
Después de dos horas, un médico joven que dudo de que tendría la carrera acabada, me dijo que iban a ir a por los medicamentos a la farmacia para dármelos. Pasaba el tiempo y aún seguíamos esperando. Lo que al principio iba a ser una visita corta al hospital, acabó en casi 5 horas de espera. Para colmo, al parecer no debieron encontrar el medicamento que necesitaba en las farmacias porque el médico abrió el botiquín de la sala para coger de allí los medicamentos. Total, que se nos había pasado toda la tarde sin poder ver Hue. Poco más pudimos hacer que cenar e irnos a la cama.
Octavo día: 30 de julio. Hue
Teníamos claro que este día debíamos madrugar para ver Hue. Después de un magnifico desayuno buffet y de alquilar una moto para medio día, nos dirigimos a la Ciudadela declarada Patrimonio de la Humanidad desde 1993. Se trata de un recinto amurallado de 10 kilómetros de perímetro que cuenta con salas, jardines, palacios, puentes, etc. Uno de los pabellones que más nos gustó fueron las 80 columnas de madera lacadas en rojo.
Cerca de la Ciudadela a 3 kilómetros se encuentra la pagoda Thien Mu. Una torre de planta octogonal de siete pisos de altura con acceso gratuito. Después nos dirigimos hacia las Tumbas imperiales. He de decir que nos gustaron mucho. Por último, visitamos un parque acuático de atracciones abandonado llamado Hồ Thuỷ Tiên. Después de una inversión de tres millones de dólares, en el 2004 se pararon las obras, y hoy en día atrae a grupo reducido de turistas.
A la entrada, un señor nos cobró el acceso, pero nos dimos cuenta luego que nos había timado ya que el acceso es gratuito. Así que sacadle morro y no os dejéis engañar.
Nuestro tren partía de Hue a Ninh Binh a las 16:26h. Paramos en un supermercado a comprar algún que otro alimento para el trayecto, y desde nuestro hotel cogimos un taxi hasta la estación.
Alojamiento: The Scarlett Boutique Hotel
Como su nombre lo indica, el hotel es una boutique que cuenta con habitaciones elegantes y modernas. Lo que más nos gustó fue su desayuno buffet inmenso, además de poder elegir productos de la carta.
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