Octavo y noveno día: 30 y 31 de julio.
Como os indicaba en el post anterior, sobre las 16:30h. nuestro tren partía de Hue a Ninh Binh. El procedimiento de los trenes camas es el siguiente: en cada uno de los vagones hay un supervisor. Este a través de una aplicación móvil conoce cada pasajero cuando se tiene que subir y bajar, y antes de llegar a la estación de destino te avisa para que te de tiempo a despertarte y recoger tus cosas.
Nuestro tren tenía previsto llegar a Ninh Binh a las 03:16h. Como en otras ocasiones, pusimos el despertador un poco antes de la hora prevista de llegada, y después de cenar algo nos acostamos. Hasta aquí nos fue bien.
Una vez sonó el despertador, empezamos a recoger las cosas. El tren poco a poco iba reduciendo su velocidad, pero nuestro revisor no pasaba. En un primer momento pensamos que quizás como el tren había salido unos minutos más tarde de Hue, aquella parada a la que estábamos aproximando no era Ninh Binh. No obstante, le dije a Egoitz que le preguntará al revisor cuantas paradas nos quedaban. Pasaron los minutos y desde la puerta de nuestra cabina veía a Egoitz en un ir y venir sin entender lo que pasaba.
El tren paró y un grupo reducido de personas bajaron en esa estación. Una vez el tren comenzó de nuevo su marcha, Egoitz apareció en la cabina diciéndome que la estación que dejábamos atrás era Ninh Binh. ¿Qué había pasado esta vez? ¿Por qué no nos habían avisado? ¿Dónde estaba el revisor? La cuestión es que el revisor de nuestro vagón se quedó dormido. En aquel momento nos sentimos desconcertados y con mucha frustración. ¿Y ahora qué? ¿Teníamos que ir hasta Hanoi para coger otro tren de vuelta? ¿Realmente nos merecía la pena?
El revisor fue consciente de que no había desempeñado bien su trabajo. Egoitz se dirigió a donde el responsable del tren. Después de intuir la reprimenda que le estaba montando el jefe, el revisor de nuestro vagón nos aconsejó bajarnos en la siguiente parada y se ofreció a contratar un taxi al que pagaría él. Dicho y hecho. Una hora después, sobre las 04:30h., llegamos a la siguiente parada. Un taxista nos estaba esperando para llevarnos hasta nuestro hotel.
Cuando parecía que todo estaba solucionado un nuevo percance se avecinaba. El nombre de nuestro hotel era Trang An River View Homestay. El nombre de Trang An River corresponde al nombre del embarcadero para hacer el paseo en barca. El taxista nos quería dejar allí. Menos mal que fuimos precavidos y yo me quedé en el taxi esperando mientras Egoitz fue a preguntar. Efectivamente, estábamos en el sitio equivocado, con un taxista que apenas sabía hablar inglés, que no entendía la información de la reserva y sin apenas gente por la calle.
El taxista después de llamar al hotel unas cuantas veces y perderse por caminos embarrados, sobre las 06:30h. nos dejó en el hotel que se correspondía.
Para esta primera “noche” teníamos reservado una habitación compartida y para la siguiente noche una habitación privada en una cabaña. Después de dormir un par de horas, alquilamos en el hotel una moto para los dos días para visitar los diferentes puntos de Ninh Binh.
A primera hora nos dirigimos hasta el embarcadero Trang An. Después de pagar unos 7,5€ por persona, nos subimos a una de las barcas con otra pareja más. El paseo en barca dura unas 3 horas. La barquera con su humor bipolar (tan pronto reía como nos chillaba por quitarnos el chaleco salvavidas para sacarnos fotografías como nos cantaba), va parando en diferentes puntos: cuevas, pagodas y el estudio donde se rodó la película “Kong: la isla de las calaveras”. Después del rodaje, se restauró el estudio y hoy en día se puede visitar las cabañas, un buque y un avión.
Trang An Trang An Escenario Kong Escenario película Kong Escenario película Kong Trang An
Después de esta visita, nos fuimos al hotel a descansar y a jugar un billar, y hasta el día siguiente no volvimos a salir.
Décimo día: 1 de agosto.
A primera hora de la mañana, después de desayunar, nos dirigimos a Hang Mua (también conocido como Mua Cave). Para entrar al recinto hay que pagar. Bajo un sol abrasador, subimos los más de 500 escalones hasta llegar al mirador. Las vistas desde allí son increíbles. Para mí, fue una de las visitas que más mereció la pena. Unas vistas realmente instagrameables.
Mua Cave a vista de pájaro con nuestro drone Mua Cave a vista de pájaro con nuestro drone Mua Cave a vista de pájaro con nuestro drone Mua Cave Mua Cave Mua Cave
Más tarde, nos dirigimos hasta la pagoda Bich Dong (entrada gratuita). Lo impresionante de esta zona es su puerta de entrada, atravesado por un puente de piedra, que muchas veces está parcialmente cubierto por el agua. De allí nos dirigimos a la pagoda Bai Dinh que tiene el record por poseer la pagoda, campana y el buda más grande del sureste asiático, y la colección de estatuas con posiciones diferentes, por lo que no hay una sola igual. Se trata de un complejo que abarca más de 700 hectáreas, por lo que se necesitan al menos dos horas para visitarlo en condiciones. Algo que complica la visita además de su extensión, es la cuesta empinada hasta acceder al buda que se encuentra en la colina más alta. No obstante, desde el parking hasta la entrada del complejo tienes la opción de subirte en un bus eléctrico.
Estatuas de Bai Dinh Entrada de Bich Dong Vistas desde Bich Dong Buda de Bai Dinh Pagoda de Bai Dinh
Cuando nos dirigíamos de vuelta al hotel para comer y recoger las cosas, vimos unos valles preciosos de arrozales. Paramos nuestras motos para sacar fotos y la señora que estaba en el campo plantando el arroz me animó a ayudarla. No pude decirle que no, y con los pies descalzos me adentré en el cultivo de arroz por unos minutos.
Después de comer una hamburguesa y arroz frito en el hotel, nos fuimos a la estación de trenes en taxi. Nuestro tren partía a las 17:38h. hacia Hanoi y en un par de horas ya estábamos en la capital de Vietnam. Hanoi sería nuestra base de campamento mientras viajábamos a Camboya, Sapa y la Bahía de Halong.
Alojamiento: Trang An River View Homestay
El alojamiento cuenta con bungalows y habitaciones estándares. Todo ello rodeado de naturaleza, en medio de montañas y jardines. El alojamiento tiene restaurante, bar y recepción 24 horas. Además, puedes alquilar con ellos motos, reservar excursiones y jugar al billar. Fueron muy amables. Como la primera noche llegamos más tarde de la hora prevista por el incidente, tuvieron la amabilidad de no cobrárnosla.
1 comentario
[…] Ninh Binh: Día y medio […]