Después de recargar las pilas con el desayuno buffet del hotel, nos dirigimos hacia la torre de los clérigos, ya que en las inmediaciones se encuentra la antigua prisión de Oporto ahora rehabilitada en Museo fotográfico (entrada gratuita) con fotografías y máquinas fotográficas antiguas.
Más tarde, fuimos a World of Discoveries. Este es un parque temático e interactivo sobre la historia de los viajes de los navegantes portugueses y sus conquistas. Nosotros adquirimos la entrada por su página web el día anterior, por lo que nos hicieron un 10% de descuento (son 15€ en taquilla y online 12,75€).
A través de diferentes salas interactivas vas descubriendo la historia de las embarcaciones, cómo era la vida a bordo de los navegantes, el lugar donde transportaban la mercancía, etc. Todo ello a través de pantallas táctiles, y efectos de luz y sonido. Lo que realmente destaca de la visita es la última parte del recorrido: se trata de un paseo en bote recorriendo diversos escenarios de las conquistas de los portugueses: África, Indica, Japón, China….
La visita no me desagradó del todo, pero merece la pena si vais con niños.
Antes de ir a almorzar, hicimos la vista del crucero de los seis puentes. Previamente habíamos reservado las entradas con civitatis (15€). Una vez realizas la reserva por Internet, te llega un correo con la confirmación. Este bono tenéis que imprimirlo y llevarlo a la oficina de Civitatis para que os lo validen (la oficina está próxima al embarcadero).
El paseo en barco dura unos 50 minutos. Os recomiendo llevar un jersey para ponéroslo por encima ya que el barco alcanza cierta velocidad y con el aire puedes pasar algo de frío aunque sea en pleno agosto. El crucero de los seis puentes, como su nombre lo indica, consiste en divisar los puentes de Arrábida, Freixo, Don Luis I, Infante don Enrique, María Pía y Sao Joa en un rabelo, el barco tradicional utilizado para transportar las cubas desde los viñedos del valle del Duero hasta las bodegas de Vila Nova de Gaia.
Después, comimos en un restaurante cercano al río Duero que se llamaba La Pausa. No os lo recomiendo. El precio de las bebidas, como no estaban señaladas en la carta, nos cobraron lo que quisieron. Fue casi más caro el beber que el comer.
A la tarde, cruzamos el puente de Luiz I para visitar Vila Nova de Gaia. Me encanto el ambiente de este lado del río. Por toda la rivera había puestecitos con artesanía, bolsos, productos de corcho, bisuteria… Últimamente está de moda el streetart de las ciudades. Nosotros visitamos half rabbit del autor Bordallo II. Se trata de un conejo con materiales reciclados. Por si os interesa, la dirección es:
R. Guilherme Gomes Fernandes 42, 4400-266 Vila Nova de Gaia
Para recargar fuerzas probamos en Natas D’ouro (frente al teleférico) los pasteles de nata. En este establecimiento cuentan con diferentes sabores: de vino de Oporto, chocolate, naranja, caipirinha y Limón. ¡Muy top! En los otros locales únicamente venden el sabor tradicional.
En Vila Nova de Gaia también está un pequeño mercado, Beira-Rio. En el se pueden encontrar comercios, restaurantes, heladerías….
Después de pasar el puente de Luis I, optamos por subir a la zona alta de Oporto en funicular ya que las calles son muy empinadas y ya mis padres estaban cansados. El funicular en cuestión es Dos Guindai y el precio por billete es de 2,5€. Y así, sin querer y ni saberlo, nos pareció algo muy cómodo y desde donde se puede divisar una vistazas.
Después de callejear por Vila Nova de Gaia y entrar en alguna que otra tienda de vinos y bodegas, nos acercamos al italiano Presto Pizza Baixa en Rua da Fábrica 56. Si pasáis por la zona os lo recomiendo. Nosotros dimos con este local a través de Google Maps y como contaba con buenas opiniones, no dudamos en acercarnos. La relación calidad-precio es ajustada, el personal es amable y la comida estaba riquísima. ¿Algo más que se pueda pedir?