La siguiente ciudad que visitamos fue Hoi An. Para desplazarnos de Ho Chi Minh a Hoi An cogimos previamente los billetes a través de la página web baolau.com. El proceso es bastante sencillo. Después de la compra, te llega un PDF con el boarding pass con un código QR que te sirve para acceder al andén.
Quinto día: 27 de julio. Hoi An
Siempre que podemos, tenemos la costumbre de viajar de noche para no perder tiempo de visitas y, además, para ahorrarnos la noche de hotel. Esta vez viajamos a las 21:55 horas y llegamos sobre las 13:30h. a Da Nang. Para llegar a Hoi An cada uno de nosotros fuimos de paquete con un motorista. Al principio fue un poco desconcertante ya que en mis recomendaciones tenía apuntado la existencia de un bus público, pero a la salida tan solo nos topamos con motoristas y taxistas, y siendo sinceros no había mucha oferta de transportes. De hecho, uno de los motoristas tuvo que llamar a un compañero para que me llevara a mí.
Después de hacer el check in, nuestra primera parada fueron las sastrerías para hacernos un traje a medida. Siendo sinceros, nos costó encontrar una sastrería con precios ajustados para considerarlo una ganga. Finalmente, y después de visitar varias tiendas, optamos por la sastrería Design Tailoring (Tran Hung Dao St, 53). Tras mucho regatear (cuando digo mucho me refiero muchos minutos), conseguimos por 230$ una americana, un vestido de gala y el traje típico Áo dài. Las sastrerías necesitan un plazo mínimo de 24 horas para elaborar la ropa a medida, es por ello por lo que decidimos pasar en Hoi An una noche.
A la tarde-noche visitamos el casco histórico de Hoi An: su famoso puente japonés, el mercado nocturno con sus farolillos de colores, el rio Thu Bon, etc. En este mercado nocturno yo me compre el traje típico Áo dài sin estar hecho a medida.
Aunque por el centro histórico tan solo pueden circular tuk-tuks y bicicletas, estaba todo atestado de gente. Era imposible caminar sin agobiarnos. Es por ello, que se nos ocurrió madrugar esta noche para sacar fotos bonitas. Al intentar salir del recinto del hotel nos dimos cuenta de que el segurata por precaución cerraba el hotel por las noches. Total, que nos pegamos el pedazo madrugón para nada.
Sexto día: 28 de julio. Hoi An
Después de descansar un poco más tras el madrugón y de desayunar en el hotel, alquilamos con los dueños del hotel una moto para ir hasta los Templos My Son que están a unos 40 kms de Hoi An. Se trata de los restos de la antigua ciudad imperial del reino de Champa, considerados Patrimonio de la Humanidad. Si os sobra tiempo sí que merece la pena, pero después de visitar otros templos tampoco nos pareció nada sorprendente.
La tarde la dedicamos para disfrutar de la piscina del hotel, tomarnos unos batidos y helados (más adelante os contaré la odisea), probarnos la ropa a medida para que nos hicieran los últimos arreglos y visitamos el templo de Confucio.
Esta vez fuimos más precavidos y le avisamos al señor de seguridad de que a las 5 de la madrugada queríamos salir del hotel para ver el amanecer. Yo me vestí con mi traje típico vietnamita, y bajo los primeros rayos de sol en Hoi An pudimos disfrutar del centro histórico sin gente y pudimos volar el drone. Considero que es algo que realmente valió la pena.
Alojamiento: Vinci Villa Hoi An
Nos alojamos en una pequeña Villa con piscina. Las habitaciones eran muy espaciosas, con mucha luminosidad y una fantástica bañera exenta. En los desayunos podías elegir una bebida y un plato (huevos con tostadas, tortilla francesa, pancakes…).
Aunque la villa no estaba en el centro histórico, la distancia era muy próxima por lo que podíamos ir andando sin problemas.
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